22/9/13

Reverter pone los puntos sobre las íes

http://www.beckmesser.com/gato-por-liebre/

Mientras la maquinaria de la publicidad y el coro de aduladores no dejan de darle bombo al producto, Arturo Reverter ha despedazado el último cambalache discográfico de Plácido Domingo en su disparatada nueva carrera como presunto barítono verdiano.

Poco más que añadir, excepto que extraña que Reverter no incida más en la falseada emisión de Domingo, que termina sonando por momentos como un orco metido a ventrílocuo. Aun más sorprendente es que no mencione el burdo oscurecimiento añadido en la mesa de ediciones. Se da el absurdo de que entre los fraudes vocales y los digitales desaparece incluso el único atractivo que el disco podría tener para los incondicionales: el timbre del cantante.
 
 
 
 


18/9/13

Wagner low-cost

http://teatrocervantes.com/es/genero/ofm/ciclo/105/espectaculo/1379

La Orquesta Filarmónica de Málaga inauguró la temporada cumpliendo con el compromiso de programar a Richard Wagner en el año de su Bicentenario, pero evitando las onerosas exigencias de este compositor sobre la estructura de cualquier teatro o sociedad filarmónica. Para ello se recurrió a un vistoso arreglo del compositor y percusionista Henk de Vlieger que permite recorrer en unos setenta minutos las más de catorce horas de música de "Das Ring des Nibelungen".
 
En pocas palabras se trata de un eficaz pastiche en el que grandes pasajes sinfónicos suceden a otros en los que se han arreglado, más bien discretamente, las partes vocales. No se puede decir que de Vlieger haya elaborado transiciones sinfónicas entre los números seleccionados y por ello estamos ante una "suite" sin pausas, al modo wagneriano como no podía ser menos. El arreglo se centra en las jornadas "Siegfied" y "Götterdämmerung", como era de esperar por ser las más profusamente sinfónicas. No sorprenderá que una discográfica inglesa ya haya registrado esta propuesta, muy del gusto anglosajón.
 
 
Tras la decepcionante decisión de no renovar a Edmón Colomer, la orquesta afronta una temporada en la que esperamos que no desande los progresos realizados bajo la titularidad del maestro catalán, en particular en el gran repertorio centroeuropeo. Aunque en conjunto se hizo un buen trabajo en la monumental tarea, algunos pasajes revelaron los viejos problemas de la formación: durante la "Cabalgata", la "Marcha fúnebre" y el final del "Ocaso", los metales acabaron por sepultar a la cuerda. Hubo más finura en los pasajes líricos, bien llevados por Nicholas Milton, en particular los de "Siegfried". No obstante el director australiano no demostró tener enteramente controlados los colosales clímax de la partitura: el de la citada "Marcha" quedó romo y por poner un ejemplo más, la imponente exposición por los trombones del motivo de Sigfrido al final de la Feuerzauber fue extrañamente timorata. El solista de trompa no se lució en su intervención correspondiente desde un palco (al menos el día 14) pero el trabajo de las maderas sigue a alto nivel.
 
Como parte anecdótica, se mencionará el desconcierto de buena parte del público jubilado ante la duración de la obra y sin pausas para la cháchara de rigor. Para algunos habrá sido la primera y última jornada wagneriana.

10/9/13

Audiciones (wagnerianas) intempestivas: "Die Walküre" con Georg Solti (III)


El tercer Acto de "Die Walküre" es quizá el más complejo de concertar, dada la enorme variedad de situaciones que abarca, desde el sinfonismo más épico a lo íntimo y camerístico. Inesperadamente Solti flaquea un poco en el primer aspecto. La interpretación de la celebérrima "Cabalgata" resulta un poco convencional: echamos de menos la electricidad que separan al número de la trivialidad (escúchese por ejemplo al joven Karajan en su único "Anillo" en Bayreuth) convirtiéndolo en una experiencia telúrica, incluso salvaje. Además la gran recapitulación (4:16) resulta pesante y ostentosa. Por contra, su enfoque dinámico y conversacional vuelve a pasar a primer plano durante el parlamento entre valquirias, encabezadas por Nilsson, siempre intensa pero sin excesos melodramáticos. Nuevamente la figura de Crespin se agiganta con su conmovedora intervención ("Nicht sehre dich Sorge um mich"). Resignada al comienzo, consigue un crescendo emocional estremecedor sobre la doliente cuerda vienesa (1:10).  Mientras se decide la huida de Sieglinde, el director húngaro demuestra de nuevo que no sólo le interesaba el lado musculoso de la partitura: resalta perfectamente los motivos que recapitulan el "Oro" y anuncian la trama de "Siegfried" y los misterios del bosque. Creación de atmósferas pasadas y futuras sin perder el pulso de la narración. La despedida de Brünnhilde a su hermana nos permite detenernos en la perfección técnica de Nilsson en un fragmento que pone a prueba la igualdad entre registros de cualquier soprano. Transparente pero sólida como el diamante, la voz sobrevuela el luminoso tapiz tejido por la orquesta (atención al bajo de los chelos y la dulzura de las trompas). La expresión es de recogimiento y fervor, incluyendo un bello piano al bautizar al héroe que ha de venir ("Siegfried!"). Inmediatamente Crespin y director graban a fuego otro pasaje en el oído del oyente ("O hehrstes Wunder! Herrlichste Maid!"), complementándose los timbres de soprano y la cuerda de forma milagrosa. El arrebato de los acentos al retomar el motivo de Siegfried incluso lleva a la cantante a abrir un poco la emisión, pero en este momento podemos decir que la promesa se cumple completamente: estamos ante la gran Sieglinde de la discografía.