5/5/08

"La Bella durmiente" en la Royal Opera House, Covent Garden

El pasado viernes 2 de mayo tuve el placer de pisar por primera vez la Royal Opera House de Londres, no para presenciar una ópera sino un ballet, que era lo que me coincidió este fin de semana. Los cuerpos estables de la casa ponían en escena una de las obras fundamentales del género, "La Bella durmiente" de Piotr Ilyich Chaikovski.

No estoy familiarizado con el ballet para arriesgarme a ofrecer una opinión sobre la danza que se vio sobre el escenario, pero la siguiente crítica del New York Times explica claramente mi impresión superficial sobre la escasa variedad de pasos ofrecida. (Corresponde al estreno de la producción)

Hace unos cuantos años, cuando llevaba poco tiempo escuchando música clásica entré en el mundo de Chaikovski a través de un doble CD que editó Decca con ocasión del centenario de su muerte (era, por tanto, 1993) Entonces me fascinó el Adagio à la Rose, número principal del Pas d'Action del Acto I. Música que aún hoy, cuando su autor ha dejado de estar entre mis favoritos, me parece de un melodismo subyugante y seductor. Alexandra Ansanelli (creo que la Aurora de mi función) estuvo brillante en este Adagio, sosteniendo la perorata final con un "Rond de jambe à terre" interminable que enloqueció al público (que éramos mayoritaramente turistas en los pisos altos)

La producción gozaba de un vestuario clásico muy hermoso. Boris Gruzin dirigió a la envidiable orquesta de la casa sin demasiado lirismo ni imaginación. Igualmente envidiables me parecieron la visibilidad y acústica del teatro desde el Anfiteatro Superior.

Os dejo aquí el Pas d'Action en la maravillosa versión de André Previn, un director que siempre ha tenido una sobresaliente intuición para la música danzable. Dirige a la London Symphny Orchestra.